Ellos ya se quedaron ahí.
Estan fascinadamente estancados en esa comodidad volatil; van y vienen, van y vienen.
Igual que yo.
Tal vez es eso lo que me hace fantasear tanto.
Mi vida puede ser la suya.
Claro... Yo prefiero que los corazoncitos no golpeen a la gente que pasa a mi alrrededor :)
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