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No sé... Estoy como dopada todo el tiempo...

viernes, 7 de octubre de 2011

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Me gustaría saber a dónde voy cuando no estoy aquí.

Siempre he tenido la habilidad de fugarme -por el momento no estoy, deje su mensaje después del... BEEEP-, pero antes solía ser una actividad que realizaba de manera conciente, ¿Qué tan mala puede resultar ésta práctica? ¿Es posible no volver jamás?

Al menos ellas no volvieron. Aunque ocacionalmente se escuche el eco de sus voces, no son ellas. Me han dejado en medio de un tropel de gente que desconozco por completo; ellos también me llaman, pero jamás alcanzo a distinguír un rostro o alguna voz...

Alguien se encargó de destruir el mundo subversivo. La guerra terminó pero... ¿Qué sucede después? Se ha convertido en un sitio yermo, carente de fertilidad, cansado, cansado, cansado, muy cansado. No existe más. No se le recuerda. Nunca existió.

Hace falta cerrar los ojos y sentir los escalofríos que empiezan desde lo bajo de la espalda. No se necesita más para poder vivir. ¿No es eso sentir? ¿No es comprender? Solo hace falta mover la cabeza de un lado a otro hasta tener algo en la punta de -aquello que nos sirva para expresarnos- la lengua, los dedos, la orillita más recóndita del culo...

Ya no espero a que regresen. Una debe estar en un burdel, cogiendose a los que yo no me cogí; otra eternamente dormida bajo la arena; la más pequeña corriendo, siempre corriendo; de la última me alegra pensar que al fin logrará matar un par de cristianos.
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Pero no se dónde estoy yo. En verdad... ¿A dónde chingados voy? No es posible que no recuerde nada.

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